Es un patrimonio del valle de Elqui, la preparación de diversos productos con frutas de la estación, una tradición que se niega a desaparecer, aunque muchos de estos procesos artesanales tienen mucho trabajo.
El dulce de alcayota es uno de los productos más apetecidos en el valle de Elqui, con este fruto muy parecido en su exterior a la sandía, por dentro muy fibrosa, aunque no se consume cruda, se preparan deliciosas empanadas de las que Patricia Ponce de la Quebrada de Pinto sabe muy bien, pues es una de sus preparaciones estrella, que aprendió desde muy pequeña al alero de su abuelita.
Su abuelita usaba leña para sus preparaciones, todo era de manera muy sacrificada, al tener este conocimiento y que tenía la fruta disponible, decidió hacer su propio negocio, “fui aprendiendo a hacer las cosas porque ella lo hacía, mi mamá también. Empecé con poquito, empecé que tenía tanta alcayota, y empecé a vender, y así empecé a salir a vender todas las semanas. Claro que acá en la localidad de quebrada de Pinto es poco lo que se vende, hay que salir a vender, voy al hospital, al municipio (de Paihuano), a los colegios, y ya la gente me conoce, así que me ven con las bolsitas, y saben lo que llevo”.
También realiza conservas, mermeladas de damasco y durazno, dulce de membrillo, en fin, con fruta de la estación, también manjar casero y uno de los productos con más trabajo como es el arrope, “todo lo preparo yo, el manjar, las alcayotas, el arrope también lo tengo, tiene mucho trabajo porque primero hay que cortar la uva, lavarla bien lavada, el proceso que viene, sacar el jugo, artesanalmente uno se pone botas, bien lavadas que uno las tiene para eso no más, se saca el jugo, y eso se corta, se le hace el proceso, se le da un hervor, por ejemplo yo lo dejo de una día para otro, después se cuela con mucha delicadeza y después viene el proceso, por ejemplo de 60 litros de jugo, a mí me quedan 18, 15 litros, pero son dos días que hay que tener dispuestos para el arrope”.
Otro de los tradicionales productos elquinos es el uvate, en cuyo proceso dice Patricia Ponce, “se despipa uva por uva, y eso también se hace el mismo proceso, se corta el jugo y después se le ponen los hollejos, prácticamente es para sacarle la pepa a la uva, porque hay que apartar la pepa del hollejo, y después se le da el punto y eso queda como una mermelada, pero la uva enterita y con nueces, se puede comer solo, o también la gente lo come con crema”.
La venta de estos productos ha sido un buen negocio familiar para la crianza de sus dos hijas que comercializa en la comuna y en los mercados campesinos que se realizan por periodos. Por lo demás, ha recibido ayuda desde la corporación de Turismo de Paihuano e Indap, “nos ayudan porque yo soy productora de uva, que ahora no vale mucho y ellos nos dan proyectos y Fosis, yo me gané una batidora, ahora me gané este año recién, una revolvedora”.
En cada rincón del valle de Elqui se guardan estas antiguas recetas que buscan ser traspasadas de generación en generación.
Esta nota fue realizada a través del Proyecto «Descubre la Experiencia Paihuano: Aromas y Sabores Elquinos» ejecutado por la Corporación Municipal de Turismo de Paihuano y financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo y las Artes, FONDART REGIONAL Convocatoria 2021.