Por: Adriana Muñoz D’albora, senadora de la región de Coquimbo
El avance del COVID 19 se ha intensificado. Aumentan rápidamente los contagios y también el número de muertos. Lo anterior incrementa las medidas sanitarias y con ello la crisis económica se agudiza.
Las expectativas no son alentadoras. El desempleo ya se empina por sobre el 8% y llegará a los dos dígitos. Un número similar de trabajadores estará cubierto por las suspensiones de empleo, con ingresos reducidos. El PIB ya registra una caída de 3,5% en marzo, que sólo tuvo impacto de la pandemia en la mitad del mes.
Si bien los negativos efectos se han distribuido en forma bastante transversal en todas las actividades económicas y territorios, hay algunas que se han visto especialmente afectadas y que creo requieren una atención especial, como el turismo y la gastronomía.
Para nadie es un misterio que en estos casos la actividad no sólo se ha reducido, sino que prácticamente ha caído a cero. Alojamientos, guías turísticos, transportistas, gastronomía y artesanos viven una situación extraordinariamente compleja, concentrada en algunos puntos donde esta actividad es esencial.
Lamentablemente, las ayudas gubernamentales no resultan suficientes. El apoyo a trabajadores informales e independientes aún no se concreta y los proyectos de ley respectivos no son buenos. Los créditos vía FOGAPE están presentando enormes dificultades, especialmente para restoranes.
Es imprescindible que se aborde esta situación de un modo especial. Por su naturaleza, por su impacto en la economía local y por su relevancia en el empleo. Estos emprendedores requieren una forma especial de aportes que la banca privada no está entregando. Asimismo, hay repercusiones en los municipios y en las comunidades, que de diverso modo se nutren de la actividad.
Asimismo, se requiere estudiar y analizar desde ya medidas para la post pandemia. En todo el mundo se empieza a diseñar el turismo de los próximos años, que probablemente requerirá mayores medidas sanitarias, capacitación para el personal, espacios más amplios y divisiones para mantener el distanciamiento social.
Hay oportunidades, puesto que todos los especialistas indican que al menos, por cierto tiempo, se preferirán destinos locales y cercanos, siempre y cuando cuenten con las condiciones adecuadas. Ello requiere inversión que los propietarios no están en condiciones de afrontar.
Se requiere, entonces, que el Gobierno implemente a la brevedad un plan especial de apoyo para el sector turismo y gastronómico, que permita enfrentar de mejor manera la actual crisis. Las medidas ya implementadas no están siendo efectivas. Al mismo tiempo debemos preparar al sector y a nuestra región para un turismo distinto.