Daniela Goretta, matrona y académica, Universidad Central Región Coquimbo
La pandemia por coronavirus ha tenido diversas implicancias a nivel mundial y genera especial preocupación en mujeres embarazadas. Aunque algunas investigaciones han analizado la presencia del virus en muestras de cordón y líquido amniótico, a la fecha no existe evidencia concluyente que permita afirmar que existe trasmisión vertical, lo que mantiene a la comunidad científica en alerta frente a la potencial aparición de casos transmitidos desde la madre a su hijo.
Tanto el Gobierno como los medios han difundido ampliamente algunas medidas sanitarias para la prevención del contagio, como el lavado de manos, uso adecuado de mascarillas, utilización de alcohol gel y el distanciamiento social, entre otras. En el caso de los grupos de riesgo, como quienes están en período de gestación, se ha indicado además confinamiento preventivo, reduciendo al máximo las salidas innecesarias y el contacto con personas fuera del hogar.
Sin desconocer que estas medidas resultan fundamentales para reducir el contagio, la gestación es una etapa en que la mujer necesita contención, apoyo y acompañamiento. En dicho contexto se hace indispensable incorporar dentro de las indicaciones prenatales que, en lo posible, la futura mamá mantenga el contacto con su red de apoyo, familiares o amigos, a través de redes sociales, teléfonos u otras plataformas tecnológicas. ¿Porque es tan relevante incentivar un entorno seguro para quien vive este proceso? El objetivo principal es reducir los factores psicosociales que puedan generar estrés, ya que existe evidencia que lo asocia a una mayor probabilidad de parto prematuro y al eventual daño que puede generar sobre el recién nacido. Por esta razón, es esencial, sobre todo hoy, que quienes convivan con la gestante cumplan ese rol de compañía y contención, promoviendo el desarrollo saludable de la gestación para un parto lo más fisiológico posible. Entonces es necesario precisar: distanciamiento físico, no social.