Una “invasión” de turistas hizo revivir a este caserío, donde durante el año viven muy pocas personas. Los lugareños aprovecharon la oportunidad y levantaron una serie de negocios para atender a los visitantes.
Las polvorientas calles de Condoriaco volvieron a tener vida este 2 de julio con la llegada de cientos de personas que acudieron a este lugar para presenciar el eclipse solar. Condoriaco fue nombrado como uno de los mejores sitios para observar el fenómeno astronómico y atraídos por esta características, turistas provenientes desde distintos puntos del país y del extranjero arribaron a este pueblo ubicado a 85 kilómetros al noreste de la ciudad de La Serena.
Los lugareños más acostumbrados a la tranquilidad y el silencio de vivir en un poblado que no tiene ni agua potable ni electricidad no se incomodaron con la presencia de las más de mil turistas que “invadieron” su querida localidad. Manifestaron abiertamente su orgullo por el hecho de que Condoriaco resurge aunque haya sido sólo por par de días y la emoción de ver cómo personas de todas las edades, ancianos, adultos y niños, transitaban por sus calles.
Nabor Campaña Olivares es uno de los condorianos que mejor conoce la historia del pueblo, estrechamente vinculada a la minería. “Condoriaco fue fundado el 16 de septiembre de 1856 y sus primeras minas fueron de oro y plata”. Con altos y bajos de la minería, el pueblo comenzó una lenta agonía en la década del 1980. “Aquí en el época de mayor apogeo se calcula que habían 1.800 trabajadores y alrededor de 2.500 personas en el pueblo”.
En la actualidad, una decena de personas se mantienen viviendo en el pueblo. Durante los fines de semana, se suman otras familias y se reúnen alrededor de 30 a 40 personas. En las reuniones de la junta de vecinos, se congregan unas cien. “Este pueblo te tira porque es tuyo, es el lugar donde estudiante en una escuela y donde hiciste tus primeras letras”, afirma. “Como hijo de esta tierra es primera vez que veo tanto vehículo amontonado”, comenta en relación a la “invasión” de turistas. En la personal, él optó por recibir a su numerosa familia antes de arrendar sitios para acampar, como hicieron otros lugareños. Durante más de un año la junta de vecinos de Condoriaco organizó el recibimiento de los turistas.
Su presidenta, Johana Aguirre, explicó que recibieron la ayuda de una organización de jóvenes llamada Apachita, que colaboró mediante la realización de diversos talleres ecológicos. Otra de las medidas fue la creación de un fanpage “Condoriaco Renace”, donde se colocó la oferta de alojamiento y los interesados podían efectuar su “reserva”, las que ya estaban tomadas con meses de anticipación al eclipse. Priscilla González, secretaria de la Junta de Vecinos, agrega que “hemos ido a cursos que nos ofreció la municipalidad de astronomía”.
González, quien ofreció sitios para acampar, agradeció que la minera San Gerónimo les haya entregado el agua potable necesaria para atender de mejor forma las turistas. “Ha llegado harta gente, estamos llenos de carpas por todos lados, y buscan en las casas para ver si podemos ayudarlos en alguna necesidad”, destaca.
Las dirigentes concuerdan en que además del yacimiento minero, dos de los puntos más importantes del pueblo es la capilla que es administrada por la Parroquia San Juan Evangelista de Las Compañías, y en donde dos veces al año se recibe la visita de un sacerdote: para la celebración de San Lorenzo, patrono de la minería, en agosto, y para El Día de Todos los Santos, en noviembre.
Acerca de la escuela -donde la presidenta de la junta vecinal estudió hasta sexto básico- ya cerró en forma definitiva sus puertas hace un par de años e incluso, sus últimos alumnos no fueron niños o niñas, sino que un grupo de adultos mayores que regularizaron sus estudios, en el año 2017.
La condoriana Eva Espinoza Tello fue una de las personas que aprovechó la oportunidad y ofreció almuerzos a un precio de 5 mil pesos a los visitantes. Al pueblo, llegó con una semana de anticipación para tener todo preparado. Horas antes del eclipse, reconoció que le estaba yendo “muy bien” y que “no he tenido tiempo ni siquiera para conversar con las personas que llegaron”. Ines Godoy Villalobos levantó un restorán en el patio de su casa y se lució con sus preparaciones de cazuela de gallina de campo y cabrito al jugo. Admitió que logró vender, por ejemplo, más de mil empanadas de queso.
Fuente: Diario el Día – http://www.diarioeldia.cl/magazine/condoriaco-pueblo-minero-que-renacio-se-convirtio-en-epicentro-eclipse-solar