En el marco de la exposición “Gabriela y Murúa, A Setenta Años Del Nobel” que se lleva a cabo en el Museo Gabriela Mistral de Vicuña, se desarrollará este conversatorio que pretende entregar una retrospectiva de este artista visual chileno avecindado en Europa.
El martes 15 de enero, a partir de las 17:00 horas, se desarrollará en la Sala Lagar del Museo Gabriela Mistral de Vicuña un imperdible conversatorio de artes visuales junto al artista Mario Murúa, quien nos entregará pistas de su trayectoria, su anecdotario y proyectos más destacados. Además, ahondará en su relación con la poesía y la literatura. La exposición en la cual está enmarcada esta actividad, estará presente en este museo hasta el 3 de febrero.
Este conversatorio es parte de las actividades estivales organizadas por este museo perteneciente al Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, entre los que se incluyen el registro durante todaslas vacaciones veraniegas de un audiolibro ciudadano en su biblioteca patrimonial, y la realización en febrero del 1° Festival de Musicalización Poética Mistraliana “Gabriela; Agua y Sabiduría del Valle de Elqui”.
Mario Manríquez Murúa, es pintor y artista visual de nombre artístico Mario Murúa. Nació en 1952 en Valparaíso, Chile. Autodidacta, realizó algunos cursos en la Universidad de Chile y Universidad Católica, retirándose al poco tiempo. Fue discípulo de Julio Aciares.
Artista viajero, se radicó en Quito, Ecuador, en 1975 donde llegó a destacar entre los artistas de la época tras ilustrar un libro del escritor Raúl Pérez Torres. En 1977 prosiguió sus viajes por Paraguay y Colombia. Luego de recibir un premio que incluía un viaje a París decidió radicarse en esta ciudad y definir desde allí su carrera artística. Estando en Francia, en 1982, formó parte de un grupo de arte denominado Magia Imagen que tuvo sus raíces en el arte de Wifredo Lam y Roberto Matta.
Regresó a Chile en 1994 y fundó la Escuela Urbana Canimagista destinada a promover su teoría y forma nuevos cultores de ella en Santiago. Además se ha interesado en mostrar parte del paisaje de su ciudad natal Valparaíso, recreando la vida nocturna del puerto, los viajeros, los amores fugaces y las despedidas con escenas cotidianas sencillas de gran colorido.
Asimismo ha tenido especial interés por las tradiciones nativas chilenas y por los poetas, especialmente Gabriela Mistral, ilustrando el libro Carta de Amor de Enrique Lihn a Gabriela Mistral en el 2001, intervenido como libro-objeto.