Por: Lidia Marín; La Serena
El tiempo marcha, y no se detiene
la luna crece y se va llenando
las hojas caen y van muriendo.
Fue la inocencia de aquel encanto
que dio entre noches calor y llanto
y en tu partida perdí mi canto.
Estas tan lejos como las nubes,
y aquella rosa, está en mi mano,
pétalos lloran, se ven fugaces,
y la tristeza los va secando.
Te mire triste como la lluvia,
y en tu silencio te vas secando.
En la miseria me voy perdiendo
quizás mañana, no me levanto…