El tambo Inca Las Terneras se ubica a sólo 7 kilómetros del cauce del mismo nombre, en la comuna de Vicuña.
El sitio arqueológico Las Terneras se encuentra a pocos metros de la Ruta Internacional 41, conocida también como Gabriela Mistral, aquella que conecta a nuestro valle de Elqui con la provincia argentina de San Juan.
Lo que a simple vista puede parecer un grupo de piedras medianamente ordenadas es en verdad un tambo, es decir, un lugar de refugio y de descanso para quienes recorrían hace siglos atrás, en el Chile precolombino, el denominado Camino de Inca.
El tambo Inca Las Terneras se ubica a sólo 7 kilómetros del cauce del mismo nombre, en la comuna de Vicuña, a escasos kilómetros de la localidad de Huanta. Fue descubierto en 1972 y dos años más tarde, el conservador del Museo Arqueológico de La Serena, Jorge Iribarren, realizó una prospección en el lugar, aunque nunca publicó ningún resultado. Tras su fallecimiento en 1977, este importante hito arquitectónico precolombino se mantuvo en el olvido.
Debieron pasar casi 40 años para que gracias a los fondos proporcionados por el Fondart se efectuara un nuevo estudio, esta vez a cargo de un grupo de investigadores, liderado por el arqueólogo Gonzalo Ampuero e integrado por Angel Durán y por el arquitecto Doménico Albasini.
“Nuestro objetivo fue obtener un diagnóstico, para determinar si lo que allí había pertenecía efectivamente a la cultura inca”, explicó Ampuero, quien detalla que en el lugar se descubrieron más de 200 fragmentos y que se realizó un levantamiento topográfico del lugar. El sitio tiene una extensión de 1.600 metros cuadrados, de los cuales 800 están construidos.
Tras los análisis, Ampuero recalca que “tanto la estructura arquitectónica general como las técnicas que se evidencian de su construcción, no dejan duda de que se trata de un tambo construido por los incas, tal vez como refugio en el proceso de penetración hacia los territorios de la cordillera de Los Andes o como centro intermedio hacia algún centro de explotación minera”.
Además de la importancia arqueológica del tambo, la investigación tuvo por finalidad poner en valor al lugar, que debería despertar el interés de la comunidad, de los adultos y niños, por conocerlo.
El profesional aboga porque el tambo sea inmediatamente conservado y protegido para las próximas generaciones. “Si este tambo se destruye, perderemos uno de los pocos recursos arqueológicos que tiene la región”, sentencia.
El alcalde de Vicuña, Rafael Vera, reconoció la gran riqueza arqueológica del sector de Huanta y por ello se comprometió a buscar las fórmulas necesarias para su rescate y aprovechamiento, en el futuro, como sitio de interés turístico.
El arquitecto Doménico Albasini integró el equipo profesional que recopiló la información acerca del tambo Las Terneras. “Mi función era aportar al análisis y el levantamiento crítico de los muros que forman los vestigios arquitectónicos del sitio, que es la gran singularidad que tiene este lugar en relación a otros sitios arqueológicos, donde los muros
y la construcción misma no existe o es muy precaria. Tenemos un sitio que es único en la región y que además está casi virgen, por así decirlo”, indicó Albasini.
“Se requería un análisis de un profesional con ciertos conocimientos dentro del ámbito de la restauración y el tema precolombino”, indica Albasini.
El profesional valora la información recopilada, porque tenemos “bastantes buenas condiciones y el sistema constructivo y la geometría, además del trazado y la construcción de un camino (aledaño) que hemos denominado preliminarmente inca”.
El experto comenta que “la excelente conservación del vestigio arquitectónico facilita su pronta conversión en un elemento de interés turístico, porque tenemos pocos vestigios construidos y en tan buenas condiciones en nuestra región”.
El arqueólogo Angel Durán resalta que Las Terneras “es una de las pocas evidencias arquitectónicas de la fase diaguita-inca presente en la región. Hay que pensar que evidencia arqueológica con el apelativo de tambería son propias del incanato, cuando se expande hacia los territorios sureños y llegan a nuestra región”.
A su juicio, “esta tambería es especial porque está al alcance a la mano, está cercana a la población y plantea una interrogante interesante desde la perspectiva arqueológica”.
Agregó que “se requieren de nuevas temporadas de trabajo en el lugar para descubrir cuál fue la funcionalidad específica de esta tambería dentro del contexto local”.
Consultado acerca del origen, Dumont comenta que “el tambo responde a una necesidad de la población local, la que en ese momento en el pueblo diaguita estaba asimilando y acomodándose a la presencia incaica de la región. Esta tambería respondería a una necesidad de acercar a las poblaciones locales de estos valles a aquellos santuarios de altura que forman parte de la superestructura ideológica que tiene el incanato”.
También, a su juicio, el sitio puede ser aprovechado turísticamente, pero antes se debe efectuar un trabajo de consolidación o restauración de las ruinas. “Por fortuna, las circunstancias del entorno en que se ubica ha contribuido a que se conserve, si bien no en un estado óptimo, por lo menos rescatable en términos de su puesta en valor; en el fondo, lo que el proyecto ha hecho es proponer algunas medidas básicas y mínimas para prever que se destruya”, concluye.
Propuestas al futuro
En un informe entregado por los investigadores se propone un cierre perimetral, una rampa de acceso para el público, medidas estructurales destinadas a impedir nuevos derrumbes hacia la Ruta 41, un adecuado avisaje e iconos informativos, habilitar zonas de estacionamiento y mínimas medidas para su conservación. Por último, se plantea la necesidad de nuevas investigaciones arqueológicas que permitan responder a una serie de preguntas e inquietudes que no se pudieron contestar en su estudio. A juicio de los investigadores, el resultado más importante ha sido sacar a la luz un patrimonio cultural que proviene de nuestros ancestros. Según los investigadores, los resultados apuntan a que el sitio tiene influencia de la cultura inca.
Fuente: Diario El Día, municipalidad de Vicuña.