Por: Ehurodice Rivera Oyarce; (Vicuña)
Me condenaron desde el inicio, a inclinar la cérvix
a bajar la mirada y enmudecer mi lengua
a través de la fuerza…
A mutilar mis deseos, esconder mis senos
y a ocultar mis sangres como vil pecado …
Amada y odiada al mismo tiempo
mercancía de cambio, enseñada a servir
Sin hora ni espacio…
Sacerdotisa, hereje, vestal, santa y cortesana,
Divinizada, demonizada, virgen y mancillada…
Me prostituyeron, me escanciaron
me escupieron, me crucificaron
me golpearon y me esclavizaron
no me permitieron las letras
me empobrecieron, callaron mi voz
pisotearon mis actos…
Desnudaron mi cuerpo
para humillarme…
mas no lo lograron…
Violaron mi carne para vengarse
mas mi ser divino no
lo palparon…
Ocultaron mi cara para gobernarme
tras milenarios velos…
Mas no me rendí, no claudiqué,
desde los, montes, las selvas, los oscuros rincones
levante mi frente , mi estampa e invencible mi espíritu
ante siglos de abusos se volvió inquebrantable…
Soy continuadora de la especie
de nuevos mundos paridora
raíz primera de tierras vírgenes
Intacta e indomable
criando reinos, amamantando pueblos
educando naciones, meciendo reyes entre mis brazos…
¡Soy mujer…
Esencia pura del universo
Caliz de aguas bendito
Fuerza indómita, bravía
“Dadora de luz al hombre”
Creadora de la raza…!