Paihuano cautiva al visitante entre tradiciones, poesía y misticismo
En sus 1.494,7 km² viven un poco más de 5 mil habitantes, los que se multiplican en temporada estival debido a sus encantos naturales.
Paihuano está enclavado en el valle del Elqui. Es considerado un verdadero paraíso para los amantes de la naturaleza, la búsqueda espiritual y la meditación. Es la puerta de entrada a los valles de Cochiguaz y Alcohuaz, donde una amplia oferta turística se ofrece al visitante.
Está compuesta por ocho sectores que son Paihuano, Quebrada de Paihuano, La Bajada, Quebrada de Pinto, Montegrande, Alcohuaz, Pisco Elqui y La Jarilla.
En las cercanías de la ciudad destaca la quebrada que da nombre al pueblo y que se despliega en plena precordillera hacia el oriente, reuniendo especiales condiciones para el ecoturismo y la observación de los cielos. En Paihuano tienen presencia los principales servicios públicos de la zona y la comuna cuenta con equipamiento para campings, balneario fluvial, cabañas y restaurantes.
El aire puro, las aguas refrescantes de sus ríos, los azules cielos y la energía que fluye son algunas de las virtudes naturales de esta comuna. Una zona que llama la atención por sus contrastes, con coloridos cerros, una vegetación que se diferencia de la aridez del entorno y un cielo que está considerado dentro de los más transparentes del planeta.
Este atractivo natural ofrece una tranquilidad incomparable, lo cual hace que sea reconocido mundialmente como un lugar ideal para actividades de relajación y meditación, concentrándose principalmente en el valle de Cochiguaz, cuya fama mística trasciende nuestras fronteras.
En la comuna se encuentra la localidad de Pisco Elqui, un lugar de encuentro de visitantes y artesanos ubicado a algunos kilómetros de Paihuano, es un pueblo placentero y pintoresco, que invita al descanso y a la contemplación de bellos paisajes. Cuenta con una muy variada oferta de servicios de hotelería, cabañas, hostales, posadas, terapias alternativas, restaurantes, piscina y campings.
A un costado de la plaza está el Solar de Pisco Mistral, con un museo que alberga antiguas maquinarias para elaborar este licor.
En esta localidad de Pisco Elqui se encuentra la famosa iglesia Nuestra Señora del Rosario, cuya construcción se realizó entre los años 1910 y 1922. El templo tiene un diseño europeo de la época y está edificado con materiales traídos desde el Viejo Continente, posee una torre de 30 m de alto, una nave central y dos laterales con imágenes traídas desde Francia.
Conocido como centro de meditación y recogimiento, el valle de Cochiguaz emerge entre empinadas laderas y ofrece un hermoso paisaje precordillerano ideal para el ecoturismo y la observación de los cielos.
Por su parte, el valle de Alcohuaz, emplazado en plena precordillera, invita a la contemplación de su flora y fauna, en un ambiente natural a más de 1.740 de altitud. Cuenta con
instalaciones hoteleras entre las que destaca una antigua casa patronal remodelada para esos efectos y restaurante.
En tanto, a 9 km al sur de Paihuano se encuentra Montegrande, área que fue declarada Zona Típica en 1990. Aquí se ubica la casa escuela y tumba de la poetisa Gabriela Mistral, ambas reconocidas como monumentos nacionales.
También son de interés la antigua iglesia de 1879, restaurada en 1999, coronada por un alto campanario de madera del siglo XIX. La galería de arte Zen, la planta pisquera Artesanos del Cochiguaz y una fábrica de perfumes naturales, son otros de los atractivos que allí se encuentran.
Además, en el área es posible encontrar cabañas, algunos comercios, restaurantes y terapias alternativas.
La iglesia de Montegrande, de inspiración neoclásica, fue levantada en el siglo XIX y entregada a la comunidad el 29 de noviembre de 1870, siendo la más antigua de la comuna. Gabriela Mistral hizo su Primera Comunión en ella.
La Casa de la Cultura Gabriela Mistral se emplaza donde funcionó la ex escuela de Montegrande y constituye parte del patrimonio arquitectónico de la comuna. La casa ofrece talleres de artes y oficios a los habitantes del sector. En el lugar también funciona la biblioteca pública de Paihuano, donde además se desempeña en el lugar la agrupación textil Mujeres de Elqui.
Historia
Este sector del valle tuvo poblamientos aborígenes de la cultura Diaguita del período clásico como de la época de la dominación inca. No obstante, al iniciarse la conquista española, las tierras de río Claro quedan como áreas marginales sobre las cuales se hacen pedimentos tardíos dado su relieve dificultoso y accidentado, marcado por el flujo del río y sus afluentes, lo que planteó en definitiva un lento avance en la explotación de productos propios de la época: viñas y alcoholes, que en definitiva son los que con el tiempo le darían la nombradía a Paihuano y alrededores.
Durante la Colonia se le reconoce como «el interior de Elqui», acentuado por su condición de penetraciones en el macizo andino sin paso ultramontano, como ocurre con el Valle del Río Turbio, lo cual le imprime un sello de particular distinción al asegurar el traspaso familiar en un reducido núcleo que a su vez mantiene interrelación y proyecta frondosa genealogía que aún perdura sin alteraciones.
Sus destilerías, con numerosas bodegas excavadas en los faldeos de las montañas o de algún cordón menor, generan ponderados vinos y claretes, mismos afanes que se acentúan en la segunda mitad del siglo XIX cuando el pisco toma forma e irrumpe en el mercado nacional, agregándose a ello los productos secos, siendo de especial predilección la pasa sin pepa que se vinculaba a esa tierra como algo propio.
Sus ordenamientos administrativos se inician en 1853 como subdelegación dependiente de Vicuña Al asignársele condición de comuna, por error o desinformación de los ministerios capitalinos, el Distrito de la Unión quedó dependiendo de Vicuña, lo que se corrigió en 1932 cuando el distrito en cuestión pasa a llamarse Pisco Elqui.