Por: Verónica Carmona Aldunate; Periodista, Diplomada en Comunicaciones y Marketing Estratégico
Pareciera que la palabra sustentabilidad ha sido la panacea de este último tiempo, mal entendiéndose como un concepto netamente vinculado a lo ambiental pero olvidándose de la armonía complementaria que otorga el concepto más adecuado de desarrollo sustentable, integrando el aporte social y económico en la correcta ejecución de aquello.
Este desarrollo sustentable; cada vez toma más fuerza en la manera de integrarse a las empresas bajo una línea de responsabilidad social, pero a su vez como un valor intangible a la idea de negocio o emprendimiento en marcha, propuesta acertada para los tiempos de hoy.
En ese sentido, el turismo debe desarrollar una línea sustentable en la manera de agregar valor al emprendimiento, no solo preservando el medio ambiente o con acciones muchas veces ecológicas o ligadas a la filantropía en el aporte social donde se desarrolle, sino bajo una armonía sistémica que integre un desarrollo sustentable económico, social y medio ambiental.
Sumado a esto, apostar por una idea de negocio innovadora; que amplíe la promoción a turistas nacionales y extranjero además de entregar diferenciación frente al mercado específico donde se desarrolle serían los ingredientes base de esta interesante receta de emprender. No olvidar el sello que así como todo gran chef entrega a sus recetas, el emprendedor debe ponerlo con la identidad de su negocio.
Juguemos a ser empresa con sustentabilidad. Arriésguese con una gran idea pero que nazca de una suma de voluntades; donde por
lejos la mejor es la que se inspira con un trato responsablemente social con el entorno y el crecimiento exponencial de su empresa. Las ideas (también para emprender) están en el aire.
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