Estudio revela que mujeres de menor nivel educacional experimentan mayor violencia obstétrica
Según las cifras recabadas por Observatorio de Violencia Obstétrica, OVO Chile, un 56,4% de las mujeres señala haber sido
criticada o reprimida por expresar dolor y emociones al momento del parto y que más de la mitad de las mujeres chilenas han sufrido violencia obstétrica.
¿Qué se define como la violencia obstétrica? Se trata de una violencia oculta. Son las burlas, malos tratos, insultos y abandono a la mujer durante el parto. De acuerdo a la OMS, es la violencia ejercida por profesionales de la salud hacia las mujeres embarazadas, en labor de parto y el puerperio.
Este tipo de violencia de género está normalizada y es transversal al estrato socioeconómico. Sin embargo, esta agresión psicológica y física durante la atención de la gestación, preparto, parto o postparto, se da más en mujeres con menos educación, en pobreza multidimensional, mujeres rurales y zonas alejadas.
“En momentos cruciales e importantes para las vidas de las mujeres, necesitamos saber nuestros derechos. Al parir nos sentimos vulnerables desde que entramos al centro médico. Durante el trabajo de parto, las mujeres podemos experimentar sentimientos de miedo, ansiedad, inseguridad y por eso queremos informar a todas las mujeres de Chile sobre este tipo de violencia y sus derechos para tener un parto consciente”, explica Paola Diez, directora nacional de PRODEMU.
PRODEMU trabaja con más de 27.000 mujeres al año. De ellas, según el Centro de Estudios de Género de PRODEMU, solo un 14% tiene educación básica completa. Cifras alarmantes, puesto que de acuerdo a OVO las mujeres con educación básica incompleta declaran haber vivido en un 58% la represión de expresiones de dolor y emociones al momento de parir. Precisamente, OVO también confirma que los estándares de cuidado son peores en las experiencias de parto de mujeres de niveles educacionales más bajos y de aquellas más jóvenes.
PRODEMU capacita en derechos fundamentales de las mujeres para que sean autónomas, aunque de acuerdo a las cifras del Centro de Estudios de la fundación, un 39,8% de ellas no tienen educación media completa, lo que las hace estar vulnerables a
este tipo de violencia oculta. Por otro lado, un 27% son mujeres rurales, las que no tienen acceso a las mismas oportunidades que tienen las mujeres que viven en las capitales regionales y un 66,3% de estas mismas mujeres no cuentan con educación media formal completa.