La Región de Coquimbo ha emergido como un líder en el tratamiento de ataques cerebrovasculares (ACV), gracias a la implementación de tecnologías avanzadas y la formación de especialistas en neurología. Este avance no solo mejora el pronóstico para los pacientes, sino que también establece un modelo a seguir en el ámbito de la salud pública en Chile. A continuación, se explorarán los aspectos clave de esta transformación
El tratamiento de los ACV ha evolucionado significativamente en la Región de Coquimbo. Desde la creación de turnos de neurología en el Hospital San Pablo, se ha logrado ofrecer atención especializada a un número creciente de pacientes. Este hospital ha sido fundamental en la implementación de procedimientos como la trombólisis y la trombectomía mecánica, que son esenciales para mejorar las tasas de recuperación.
El Impacto de la Trombólisis
La trombólisis es un tratamiento que busca disolver coágulos sanguíneos que obstruyen el flujo sanguíneo al cerebro. Esta técnica ha demostrado ser eficaz en la reducción de la mortalidad y las secuelas asociadas a los ACV. En la Región de Coquimbo, la introducción de este procedimiento ha permitido que los pacientes reciban atención oportuna, aumentando así sus posibilidades de recuperación.
Trombectomía Mecánica: Un Paso Adelante
La trombectomía mecánica, un procedimiento más invasivo, se aplica en casos seleccionados hasta 24 horas después de que se presentan los síntomas del ACV. Este avance ha ampliado las opciones de tratamiento disponibles en la región y ha permitido que más pacientes accedan a terapias que antes no estaban disponibles.
Colaboración Público-Privada
Uno de los factores que ha impulsado este cambio ha sido la colaboración entre el sector público y privado. La creación de una red de atención que incluye tanto hospitales públicos como clínicas privadas ha facilitado el acceso a tratamientos avanzados. Esta coordinación ha sido clave para garantizar que los pacientes reciban el cuidado necesario en el momento adecuado.
Red de Atención en Coquimbo
La red de atención en la Región de Coquimbo incluye varios hospitales y clínicas que trabajan en conjunto para ofrecer un tratamiento integral a los pacientes con ACV. Esta colaboración ha permitido una mejor distribución de recursos y ha optimizado el tiempo de respuesta ante emergencias.
Formación de Especialistas en Neurología
La capacitación de profesionales de la salud es otro pilar fundamental en el éxito del tratamiento del ACV en la región. La Universidad Católica del Norte ha jugado un papel crucial al ofrecer becas de neurología y formar a nuevos especialistas que se integran a la red de salud.
Nuevos Especialistas en Neurología
Desde 2023, la incorporación de nuevos neurólogos en el Hospital San Pablo ha fortalecido el equipo existente. Este aumento en la capacidad de atención es vital para atender a los aproximadamente 2,000 pacientes que sufren de ACV cada año en la región.
Importancia de la Educación Continua
La educación continua y la actualización de conocimientos son esenciales para que los profesionales de la salud se mantengan al día con las últimas técnicas y tratamientos disponibles. La colaboración con instituciones académicas asegura que los especialistas estén bien preparados para enfrentar los desafíos en el tratamiento de ACV.
Proyecciones Futuras
Con la apertura del nuevo Hospital de Coquimbo programada para 2027, se espera que se establezca una Unidad de Tratamiento de Ataque Cerebral. Esto generará una demanda adicional de especialistas en neurología, lo que subraya la importancia de continuar con la formación de nuevos médicos en la región.
Crecimiento de la Demanda
La proyección de un aumento en la demanda de atención para ACV implica que la Región de Coquimbo debe prepararse para formar a más profesionales de la salud. Esto es crucial no solo para atender a la población local, sino también para contribuir al sistema de salud nacional.
La Importancia de la Prevención
Además de los tratamientos avanzados, la prevención juega un papel fundamental en la lucha contra los ACV. La educación de la población sobre los factores de riesgo y la promoción de estilos de vida saludables son esenciales para reducir la incidencia de estos eventos.
