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Seguimos en sequía: Embalse La Paloma aumentó registros de un 1% a un 3%

La Región de Coquimbo se ha enfrentado a un complejo escenario de escasez hídrica durante los últimos años, un proceso de desertificación que ha transformado el paisaje y obligado a los habitantes a adaptarse a una nueva realidad. Si bien las recientes precipitaciones registradas durante los días 13 y 14 de junio representan un alivio temporal, los expertos advierten que se necesitan años de lluvias abundantes para revertir los efectos de la sequía y garantizar la disponibilidad de agua a largo plazo.

El Impacto de las Precipitaciones en los Embalses

Según los datos proporcionados por la Dirección General de Aguas (DGA), los porcentajes de agua embalsada en la Región de Coquimbo reflejan que el recurso hídrico sigue siendo escaso. Por ejemplo, el embalse Puclaro pasó de tener un 7% a un 8% de su capacidad, mientras que el embalse La Paloma aumentó de un 1% a un 3%.

Variación en los Niveles de los Embalses

Si bien estas precipitaciones han aportado ciertos volúmenes de agua a los embalses, como 12.3 millones de metros cúbicos al embalse La Paloma, la variación en términos de agua embalsada respecto a la capacidad total no ha sido significativa. Esto se debe a la magnitud de la sequía y a la baja capacidad de los embalses, especialmente en las provincias de Limarí y Elqui, donde el agua embalsada suele variar entre el 3% y el 9% de la capacidad total.

Efecto a Largo Plazo de las Precipitaciones

Carlos Olavarría, director ejecutivo del Centro Científico CEAZA, destaca que no hay un efecto inmediato en el aumento de los embalses, ya que el aporte más significativo se produce durante el deshielo de la nieve en primavera y verano. Estas precipitaciones han sido un alivio temporal, pero la situación de desertificación y sequía en la Región de Coquimbo aún se mantiene, a pesar de que las precipitaciones registradas hasta la fecha superan a las de un año normal.

Desertificación y Adaptación a la Escasez Hídrica

Cristian Muñoz, investigador del CEAZA, explica que la desertificación es un proceso de largo plazo caracterizado por un déficit de precipitación sostenido en el tiempo, que ha modificado el paisaje y el uso del suelo en la región, obligando a los habitantes a adaptarse a la nueva oferta hídrica.

Impacto en el Uso del Suelo y los Medios de Vida

La falta de precipitaciones ha obligado a los habitantes de la Región de Coquimbo a ajustar sus actividades y medios de vida a la nueva realidad de escasez de agua. Esto ha implicado cambios en el uso del suelo y la adopción de estrategias de adaptación para hacer frente a la variabilidad del ambiente y el cambio climático.

Necesidad de una Visión a Largo Plazo

Claudio Vásquez, gerente corporativo del CEAZA, enfatiza la importancia de definir y consensuar una visión a largo plazo sobre el territorio de la Región de Coquimbo, y tomar decisiones basadas en evidencia científica. Esto permitiría repensar la estructura productiva de la región y planificar un territorio resiliente a los desafíos del cambio climático, con el objetivo de convertir a Coquimbo en una región sustentable.

 

Diario Elqui

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