Proyectan efectos de La Niña en la Región de Coquimbo
De acuerdo al Boletín Climático del Centro Científico CEAZA, durante el mes de noviembre se dieron las condiciones que indican el inicio de la fase de La Niña. Se trata de una anomalía negativa, es decir, se observó una menor temperatura superficial del mar en el océano Pacífico Central Ecuatorial.
Los pronósticos actuales indican que el fenómeno de La Niña persistiría durante todo el verano para luego volver hacia condiciones neutras durante el otoño del año 2022 .
“Estas condiciones neutras debieran ser las dominantes durante el próximo año. En términos de precipitación para la Región de Coquimbo las condiciones descritas son propicias para mantener el déficit hídrico al menos hasta otoño”, indica Cristian Muñoz, modelador estadístico del CEAZA.
Adicionalmente, existen otros factores que agravarían la actual crisis hídrica que experimenta la Región de Coquimbo. “Se pronostica la continuación de las anomalías positivas de temperatura superficial del mar en el océano Pacífico suroccidental frente a Nueva Zelanda. Esto, sumado al desarrollo de la temporada seca, favorece la persistencia de la sequía hídrica en la región”, detalla el Boletín Climático.
Situación actual
De acuerdo al Centro Científico CEAZA, el estado actual del sistema hidrológico de la Región de Coquimbo se encuentra en una situación muy delicada debido a las precipitaciones bajo lo normal que se han registrado desde el año 2018. Las precipitaciones acumuladas están en torno al 16% de los valores históricos y la cobertura de nieve del mes de noviembre registró valores cercanos al 3% del histórico, mostrando en ambos índices valores deficitarios importantes.
El Boletín Climático del CEAZA especifica que “los caudales presentan niveles muy bajos desde la primavera de 2017, debido a las escasas lluvias y nevadas de los años 2018, 2019 y 2020, siendo este 2021 el cuarto año consecutivo en esta situación”.
“De acuerdo a los datos analizados, este año 2021 es el más crítico de los últimos 30 años en términos de caudales”, destaca Cristian Orrego, encargado del área meteorológica del CEAZA.
Comparados con sus capacidades máximas, los embalses de las cuencas de Elqui se encuentran todavía con algunas reservas (44%), Limarí ya experimenta un estado bajo (18%) y la provincia de Choapa muestra los niveles más bajos de agua embalsada (14% de la capacidad máxima). Sin embargo, es importante destacar que es muy complejo el panorama para todas las zonas que no están bajo un embalse ya que dependen totalmente del agua que fluye naturalmente en los ríos, los que en el último mes registraron valores muy bajos. En noviembre se registraron valores de entre el 5% y 12% de los promedios históricos en estos.
Verano
Se pronostica que las temperaturas en la Región de Coquimbo estén en el rango normal. “Los modelos tienden a pronosticar que para este verano las temperaturas debieran estar en el rango normal para la estación. Esto quiere decir que si bien puede que existan días con temperaturas máximas muy altas, estos eventos no debieran ser más frecuentes de lo que históricamente uno esperaría”, plantea Cristian Orrego, encargado del área meteorológica del CEAZA.
Es usual que el fenómeno de La Niña provoque temperaturas más bajas en zonas costeras, esto debido a una menor temperatura del océano como consecuencia de la intensificación del viento proveniente del sur. Sin embargo, no se proyectan menores temperaturas para este verano debido a que además de La Niña, influirían otros factores.
Cristian Muñoz, modelador estadístico del CEAZA explica que “se asocia a La Niña a una temperatura superficial del mar más baja que lo normal en el océano Pacifico central y a lo largo de la costa oeste sudamericana. Las condiciones más frías en la costa oeste sudamericana implican un descenso de la temperatura en la costa. Sin embargo, cada evento La Niña tiene sus particularidades, y de hecho el pronóstico estacional indica condiciones más bien normales en la región”.
“El pronóstico de condiciones normales obedece también a que no solo La Niña influye en nuestro clima, sino también otros fenómenos de alcance planetario y de distintas escalas de tiempo como por ejemplo la Oscilación decadal del Pacífico (PDO), la oscilación Antártica (AAO), y la oscilación de Madden-Julian (MJO)”, agrega.