Entregan los cinco desafíos sobre innovación y eficiencia hídrica para Coquimbo
La hoja de ruta que evaluó 44 iniciativas es apoyada por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) en consideración de la mejora en el desarrollo de acciones del Gobierno Regional de Coquimbo.
La región de Coquimbo está a la vanguardia en la lucha del cambio climático, como lo muestra un estudio reciente de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), que evaluó los avances en la generación de conocimientos y tecnologías en recursos hídricos, desarrollados por 44 iniciativas de innovación ejecutadas entre 2009 y 2019 en Coquimbo.
El estudio se llevó a cabo por la Consultora Natal Asesoría, que en colaboración con el Laboratorio de Estudio sobre la Organización de la Investigación y la Innovación LabGeopi de Brasil, a través de un método de descomposición, una metodología innovadora desarrollada para medir el avance alcanzado por el conocimiento desde una perspectiva de investigación y desarrollo (I+D). Esta metodología multidimensional combina un análisis integral de variables cualitativas y cuantitativas para poder reunir evidencia de la complejidad del sistema de innovación, de forma participativa, traduciéndose en indicadores claros y fácil de interpretar para los tomadores de decisiones.
“Esto es vital para fortalecer las estrategias de innovación y competitividad, identificando las oportunidades de desarrollo que llevan en consideración el uso sostenible del medio ambiente y la inclusión de los territorios. El estudio realizado durante 2020 mostró que Coquimbo ha alcanzado resultados importantes para potenciar la producción agrícola y mejorar la formulación de políticas públicas, permitiendo al Gobierno Regional realizar una mejor gestión del recurso hídrico en los territorios”, dijo el director ejecutivo de FIA, Álvaro Eyzaguirre.
En esa línea, Juan Ernesto Sepúlveda, responsable de la consultoría, y especialista en evaluación de impacto del fomento a la innovación, cuenta que “los resultados van mucho más allá de la región, si se entiende que Coquimbo puede ser reconocida como una ‘región bisagra’ que conecta la macrozona norte el centro. En ese escenario, las lecciones aprendidas serán de vital importancia para adecuarse a los cambios que se aproximan y aumentar la resiliencia de los territorios al sur”.
Resultado
Los cinco desafíos, detalla Sepúlveda, son en primer lugar los estudios hidrogeológicos para determinar su magnitud, y calidad y disponibilidad para constituirse en una fuente suplementaria de agua a la existente en los cuerpos de agua superficial, por otro lado, avanzar en desarrollos tecnológicos sustentables que permitan disminuir la demanda hídrica en los procesos productivos sin afectar productividad del agua y la calidad de los productos. El tercero busca diversificar la matriz productiva, incorporando actividades complementarias, como es el turismo rural. El cuarto apunta a la realización de cosecha de agua para aumentar la seguridad hídrica de las cuencas hidrográficas, como la infiltración o recarga de acuíferos. Finalmente lo más relevante es reforzar la eficiencia hídrica, estableciendo dos áreas de actuación; la primera, en la búsqueda en el área agrícola especies y variedades agrícolas que se adapten a ambientes estresantes propios de las áreas áridas y desérticas, que tengan potencial de producción y de mercado; y la segunda, establecer la demanda máxima de agua de las especies cultivadas por unidad de superficie y su producción.
Contexto
A través de la provisión FIC-Regional disponible para promover la innovación y la competitividad, el GORE ha implementado 44 iniciativas (las que fueron evaluadas) para generar conocimiento sobre la gestión y el manejo sustentable de los recursos hídricos, invirtiendo 6.502 millones de pesos durante la última década. Esto le ha permitido a la Región mejorar el proceso de investigación y desarrollo que promueve la innovación y la competitividad regional, desde una perspectiva de desarrollo territorial.
El conocimiento generado no solo ha permitido reconocer técnicas que permitan un uso más sustentable del agua, si no, además, ha generado una base de conocimiento propia a través de la modelación hídrica y el desarrollo de tecnologías de monitoreo que son innovadoras a nivel nacional.
“Entre los desafíos se consideran la importancia de incorporar una visión de mediano y largo plazo en la gestión de los instrumentos para atacar el cambio climático. Reconocer la complejidad en la que la producción de alimentos lleva a la necesidad de acelerar los procesos innovativos en la producción alimentaria para mejorar la resiliencia de los territorios cuando los efectos del cambio climática se hagan más severos. Por ese motivo, es necesario potenciar las cadenas de innovación, mediante la generación de conocimiento en el uso sostenible del agua y los recursos hídricos”, cierra Sepúlveda.