Corte de Apelaciones de La Serena acoge querella contra Cheyre por secuestro y torturas en 1973
En aquella época, Cheyre entregó a unas monjas a Ernesto Lejderman, que tenía dos años, ya que sus padres fueron asesinados en Gualliguaica.
El ministro en visita de la Corte de Apelaciones de La Serena, Jaime Franco, acogió a trámite una querella en contra del ex comandante en jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre y otros dos militares, por un presunto secuestro y tortura de menores de edad durante el régimen militar.
La familia de las hermanas Natacha, Yelena y Marianela Monroy Rodríguez, presentó el pasado 10 de septiembre la demanda en la que se acusa a Cheyre de haber dirigido en octubre de 1973 el allanamiento de su casa y la detención de su madre Elena Rodríguez, militante socialista, y las tres niñas, en ese entonces de uno, tres y doce años de edad.
«Él (Cheyre) derrumbó la puerta a patadas. Iba con Ojeda y Polanco, otros dos subtenientes y varios otros militares que entraron y destruyeron todo, todo lo que a nosotros nos había costado», dijo Rodríguez.
Según las investigaciones, el ex jefe castrense volvió posteriormente hasta la casa de Rodríguez hasta donde habían sido devueltas las niñas, las que volvió a detener y las trasladó hasta la cárcel de Mujeres de esa ciudad, donde permanecieron hasta abril de 1975.
El juez Franco ya dio las órdenes para que se les tome una declaración a los denunciantes y se realicen peritajes psicológicos.
Cheyre asumió la presidencia del Servicio Electoral (Servel), pero tuvo que renunciar en agosto, aunque no al directorio del organismo, al reflotar las acusaciones que lo vinculan a otro controvertido hecho ocurrido también en La Serena, donde tenía su cuartel un regimiento del Ejército.
En aquella época, Cheyre entregó a unas monjas a Ernesto Lejderman, que tenía dos años, después de que un pelotón de soldados asesinara a los padres del niño, el argentino Bernardo Lejderman y la mexicana María Rosario Ávalos.
Cheyre ya dijo en su momento que se limitó a entregar el bebé a las monjas por orden superior y que hasta 1998 no supo la verdad de lo ocurrido.
Fuente: La Tercera y EFE.